Bicentenarios y pesimismo en quinquenio
Y al final la vida sigue igual…
En el mes del Bicentenario se me permita una reflexión. El título del post es poco feliz, aunque certero. En mi opinión intuyo la poca preparación y el interés relativo que conlleva el Bicentenario patrio, perdido en las cuestiones políticas de última hora (tema reservas, kirchnerismo vs. medios, la crispación política general, elecciones 2011, etc.) más que en la celebración de un momento único, traigo a colación y copio una breve reflexión que escribí en marzo de 2005, mirando simplemente Internet. Llego a la conclusión de que poco cambió, el interés por el Bicentenario es magro realmente.
Comparando el portal argentino con el mexicano sobre el Bicentenario (por sólo dar uno de los tantos -infinitos- ejemplos), cualquiera se puede percatar de ello. No lo voy a reproducir aca, sino que copio el ensayo, fue un divague de época de estudiante de historia, pero creo que la esencia lo resume: poco cambio e insatisfacción. Pasaron cinco años, todo igual.
La nota está editada, ya que muchas de las citas en Internet están caídas dado el paso del tiempo, de modo que algunas se omitieron y otras se han modificado. Una vez más, parece que la hubiera escrito hace 2 meses. Y al final la vida sigue igual.
El Bicentenario en Internet
Notas para un breve balance crítico
Objetivos
El año 2010, momento en que se conmemorará el Bicentenario de la Revolución de Mayo en nuestro país, acaso pudiera ser una época de planteos y replanteos en lo que refiere a la pretendida grandeza de nuestra nación, y una circunstancia única e inigualable para emprender razonamientos serios y balances precisos sobre su derrotero histórico. Algunos, con cierta anticipación demuestran los primeros atisbos de reflexión, con cierto tono crítico hacia las clases dirigentes.
Los objetivos de este ensayo no son muy ambiciosos, este trabajo sólo pretende efectuar una revisión sistemática de los artículos que circulan en la web respecto de este tema y analizar en profundidad sus contenidos.
La elección de esta fuente supone la realización de una búsqueda simple y presumiblemente exitosa, pero que puede deparar sorpresas, y no muy agradables, por cierto. Además, este trabajo quisiera funcionar como disparador en lo que concierne a la reflexión sobre un tópico tan polémico como lo es la situación delicada de nuestro país. Por otra parte, los resultados de la web han sido recortados a efectos de no extender considerablemente la dimensión de este ensayo, para evitar se convierta en una monografía.
Entonces, no es la intención de este artículo ofrecer más fórmulas mágicas o algún que otro recetario para curar los males que aquejan a la sociedad argentina, aunque debiera uno percatarse sobre la existencia de los primeros, sin perderlos de vista luego.
Al respecto merece ser recordada la décima de Rodolfo Walsh «el intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante» (Operación Masacre) y venga bien este comentario a título de recordatorio para no incurrir en la formación de alguna abstracción de intelectual que pierda contacto con la realidad y se convierta en eco de lamentos fáciles y reproches de toda especie.
En un clima de escepticismo, el futuro espera
Es sumamente fácil constatar el ambiente de escepticismo que predomina en vísperas de la llegada del Bicentenario. Esto surge como primer elemento. Ahora bien, por lo general la bibliografía disponible sobre el tema en la web no es más que un paquete de medidas a ser aplicadas con el fin de resolver los problemas más acuciantes de la realidad argentina, la inseguridad, la falta de gobernabilidad, el problema de representatividad de partidos políticos, la corrupción, entre otros. En definitiva, se plantea como tesis la cuestión de la falta de algún enfoque serio en el abordaje de la cuestión antedicha. Además, el dejo pesimista de la citada bibliografía no hace más que reforzar esa caracterización.
La llegada del Bicentenario reviste una importancia simbólica única, como punto cardinal del cambio, de esta forma no constituye una sorpresa encontrarse con avisos como el siguiente: «LAS RELIGIONES INVITAN A SUS FIELES A REZAR JUNTOS (CL 23/2/05): En una iniciativa sin precedentes, las principales religiones que actúan en el país realizarán un acto masivo conjunto en Buenos Aires. Será el 17 de abril en la explanada de la facultad de Derecho de la UBA. Tendrá por finalidad orar – cada una de acuerdo con su credo – por la paz, la convivencia en la diversidad cultural y la patria en preparación a la celebración, en 2010, del Bicentenario de la Argentina.«1.
En otro espacio se puede leer una referencia importante al citado evento cuando se informó que «El Secretario de Cultura de la Nación, José Nun, esbozó las líneas maestras de su gestión y presentó los primeros proyectos que están en marcha…la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo (2010)…«2, entre otros3. Por otra parte, este evento supone retos, por ejemplo, el que impulsa el citado funcionario, referente a la conservación del patrimonio cultural para que esto constituya «…un buen modo de celebrar en 2010 el centenario del Centenario.«4.
Por último, el Jefe Gobierno porteño incita en fecha temprana a iniciar los preparativos para la celebración el Bicentenario en la Ciudad de Buenos Aires5.
Tópicos sobre el Bicentenario
Un tema recurrente sobre el Bicentenario es el de la resignificación de la idea de unidad latinoamericana y en especial «…la concepción de América Latina como un mismo país diferenciado de España, el credo sobre la unión moral de nuestras repúblicas y sobre una Federación de Estados Hispanoamericanos.»6.
En suma, se trata de erigir nuevamente el ideal bolivariano de la Gran Colombia pero a escala mayor, aunque hoy es posible concluir con que ello resulta más complicado que en la época en que este proyecto fue puesto en práctica. De todas formas, se sabe que la aplicación de este ideal resultó un fracaso.
Ahora bien, esta determinación de la unidad fue pensada a comienzos del siglo pasado, en una atmósfera de optimismo y desarrollo, en donde los diagnósticos obviamente eran de otra naturaleza, muy diferentes a los que predominan en nuestros días7.
Actualmente, la globalización pareciera correr en detrimento de la unidad de las naciones, al menos en lo que a América Latina respecta. Los motivos pueden ser varios, la acción de diversos factores, llámense erosivos, como ha de ser la presión norteamericana, elemento constitutivo de la realidad de las repúblicas hispanoamericanas, al menos desde bien entrada la década del ´30. Otro factor de peso que puede ser agregado es el de los sucesivos conflictos limítrofes, que opusieron a más de una nación iberoamericana con otra.
Si se considera la situación fronteriza, se puede sostener que el Bicentenario también constituye una ocasión especial para pensar esta cuestión y la inserción de Argentina en el contexto internacional, sobre todo latinoamericano. Con este tema surgen voces de protesta respecto al trato dispensado a la Antártida Argentina.
A propósito, en un artículo publicado en la web se puede leer a su autor comentando, con respecto a lo anterior, lo siguiente: «…es lamentable que los convencionales que elaboraron la Constitución de 1994, así como colocaron una cláusula sobre los derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, no hayan hecho lo mismo sobre el sector antártico argentino.«8. Estas proclamas abiertamente nacionalistas se encuentran frecuentemente en la bibliografía disponible, es más, en especial este texto hace mucho hincapié en la recuperación de la soberanía en esa región explorada pero no explotada.
El artículo denuncia la falta de ocupación de la Antártida, producto de la crisis social y económica argentina y de los malos gobernantes durante el siglo. Además, agrega que las refriegas internacionales se repiten hoy en día. En consecuencia, se ve a Brasil como un contendiente más en la disputa por derechos de soberanía en el continente blanco, ocasionando pérdidas en las posesiones argentinas. Entonces, como para adelantar otro tema fundamental, habría que preguntarse si esta situación se condice con la debilidad de nuestro Estado-Nación argentino, o acaso su ausencia. De todas formas, este punto se abordará al finalizar este ensayo.
Un último agregado para una consideración más respecto a las relaciones con los países limítrofes lo ofrece un artículo en el que se habla del Bicentenario como una oportunidad para la reconciliación diplomática y un hermanamiento con Chile, en particular la idea de la institución del «Día de la Amistad Argentino-Chilena» con motivo de celebrarse el Bicentenario. Este hecho contrasta respecto a lo antedicho sobre Brasil.
Entonces, como se señalara, si bien los diagnósticos y pronósticos actuales son pesimistas, por lo general, el 2010 es pensado como una atmósfera de bienestar a futuro y se expresan los mejores deseos al respecto, la llegada del cambio, así como en 1910 se pensaba continuar en la senda del progreso.
Por lo general, flota en el ambiente el consenso en torno a dejar asentado que el año del Bicentenario constituye ocasión para rever y revertir muchos aspectos negativos de la realidad argentina y, en el caso que ocupa este párrafo, las relaciones internacionales. Conforme la información sostenida, no ha de sorprender que un diario anticipe ya en el 2005 lo siguiente: «…se están estableciendo los mecanismos de cooperación para la celebración del Bicentenario, en el que Chile nos lleva la delantera de un año de trabajo.«.
Inclusive en la esfera deportiva se vislumbra la misma expectativa. Los lazos fraternales se reforzarían por medio del fútbol. A propósito, en fecha tan temprana como el año 2000, un artículo periodístico de una revista on line10 informa que los presidentes argentino y chileno discutían sobre la posibilidad de presentar una postulación para ser sede ambos países de una copa mundial a disputarse en el 2010, con motivo del aniversario del Bicentenario en las dos naciones.
En otro plano, y esta mención ya no corresponde a Argentina, debe decirse que se constata la misma presencia de vínculos de acercamiento entre Chile y su vecina república de Bolivia. Si se tiene en cuenta la Guerra del Pacífico, el autor chileno del artículo en cuestión que trata este asunto11, exhorta a revertir la consecuencia más funesta para Bolivia como producto de su derrota en el citado choque, su mediterraneidad.
Como ya se sabe, el 2010 es un año de florecimiento y entonces el autor de este escrito (Gómez) propone nada más y nada menos que elaborar políticas solidarias con Bolivia porque «Nadie puede soslayar que la falta de mar es un factor que conspira en contra del desarrollo boliviano, país que tiene el Producto Interno Bruto más bajo de Sudamérica.«. Este tipo de opiniones puede actuar como un contrapeso frente a aquéllas que denotan un nacionalismo bastante exacerbado, ampliamente visibles en Internet.
La formación de los Estados
La construcción de la nacionalidad y del Estado-nación en América Latina tuvo actores protagonistas, pero también considerables grupos excluidos. Por consiguiente, el párrafo venidero es un buen espacio para hablar de algunos de los últimos.
En especial, se aprecia el caso paradigmático de los indígenas12. Entonces, en la búsqueda en la web se hallaron ciertos esbozos de reconstrucción de identidades de las minorías golpeadas y marginadas del proceso modernizador. Una reivindicación de identidades, en una ocasión tan especial como lo es el Bicentenario, la ofrece un sitio de los aymará en el que se expone el balance de un Congreso, el encuentro Qolla Abra Pampa Jujuy, realizado en diciembre de 2004, un evento exitoso.
Una de las actividades programadas en el debate tuvo como foco el tema: «Argentina País Intercultural al año 2010-2015, Bicentenario Argentino-Foros Regionales«. En definitiva, el Congreso puede ser visto como un intento de afianzamiento de la identidad cultural de esta comunidad, pero a la vez sin perder de vista miras más amplias, como ha de ser la educación a nivel nacional, aunque sin olvidar que la interculturalidad, como lo expresaron los participantes, es un concepto que pretende ser educativo y una estrategia general para superar la quietud del Estado.
Entonces, esta clase de organización no gubernamental es un excelente vehículo para repensar un proceso como el de la constitución del Estado en forma íntegra, más allá de la impresión oficial o de lo que se ha omitido por otros motivos.
El papel de la memoria histórica
Se debe apuntar el tema de la memoria como un problema histórico y nacional. Su falta está a la orden del día. El Bicentenario debería ser el reverso de esta falencia.
El historiador francés Pierre Nora en su trabajo Los lugares de la memoria13, producto de una compilación en colaboración con otros colegas que se fue elaborando entre 1983 y 1994, elaboró una reseña en torno a la investigación respecto de la memoria como asunto histórico y social. La reflexión final produjo unas definiciones bastante interesantes, recopiladas en tres volúmenes.
El concepto novedoso y central de la obra citada es, como su título lo indica, el de los “lugares de la memoria”, los cuales son producto de una operación que implica concebir a nuestros recuerdos insertos en relatos colectivos reforzados por celebraciones de toda índole, así como por monumentos y lugares públicos dotados de alto contenido simbólico.
Los Estados Nacionales construyen monumentos y relatos para sus lugares de memoria, por lo que dicho sitios «…existen en sentido material, funcional y simbólico, pero también tienen materialidad y tangibilidad por si mismos, con función de soldar lo colectivo, operando a su vez en el ámbito de lo simbólico…«14.
Esto último destaca en la formación de lo que Nora denomina la «memoria ciudadana» en la tipología de memorias que construye -cada una acorde a un momento de la historia del Estado francés- construyendo un relato que transita desde la primitiva monarquía feudal de los Capetos (siglo X) hasta la república burguesa surgida a partir de 1789.
Siguiendo a Nora, a la memoria mencionada precedentemente le corresponde la fase moderna del Estado-nación. Tal situación puede tener un parangón con nuestro Estado, si se piensa en la construcción de la ciudadanía, y en la apelación (simbólica y material, según Nora) a todo ese arsenal que compone los citados «lugares de memoria», desde la faz educativa (la «argentinización de los inmigrantes») hasta la construcción de monumentos patrios, etc.
La consigna enarbolada aquí es, en vísperas del Bicentenario, incitar a la reflexión respecto a evaluar si todo ese arsenal citado no está caduco y, en consecuencia, se necesita una «reparación». En este sentido, la falta de memoria como problemática actual pudiera ser vista como uno de los agravantes a los cuales ese trabajo de reparación intentaría poner freno.
La memoria histórica, sostiene Nora, es una construcción maleable y funcional, por lo general, a los grupos de poder. Así las cosas, por más congresos y jornadas que se hagan sobre ésta, es dable destacar que la lucha de «los pueblos sin historia» (como las comunidades indígenas, entre otros) debe residir en un esfuerzo conjunto que trascienda la acción operativa estricta de los marcos académicos.
En una atmósfera de reflexión y de optimismo como la que se espera para el 2010, la ocasión del Bicentenario pudiera ser un momento ideal para emprender la conquista de las muchas reivindicaciones de los oprimidos. Pero antes se debe considerar una realidad harto obvia, si la Constitución Nacional garantiza el derecho de peticionar a las autoridades y, además, impone el respeto a las minorías de toda naturaleza, entonces se está en la sana competencia de reclamar lo que corresponde, y para ello no se precisan encuentros ni jornadas de rigor científico, sólo la propia legitimación que todo acto pacífico confiere y que la defensa de los derechos constitucionalmente adquiridos avala.
Con el fin de cerrar la cuestión del Estado y la memoria-nación, debe ser aclarado que la indagación sobre la naturaleza del primero en la realidad argentina, es un tema bastante extenso y, por otra parte, suficientemente abordado, como para merecer unas consideraciones que reiterarían ideas bastante difundidas, sobre todo las que cuestionan la existencia del Estado (o al menos plantean su extrema debilidad), a la luz de la debacle del año 2001.
Por otra parte, entrar en esa cuestión tan enmarañada supone una prolongación de un ensayo, pensado con otros fines y que, además, no comporta una investigación profunda sobre teoría política. Por tales motivos, a esta altura se está en condiciones de formular que esta ponencia fue sólo un simple trabajo de crítica a los medios masivos de comunicación con leves ramificaciones, si se quiere.
Entonces, en relación al Estado, en este trabajo sólo se aventurará a título de hipótesis sostener que el énfasis colocado en la conmemoración del Bicentenario pudiera ser reflejo y consecuencia de la debilidad intrínseca del propio Estado.
A su vez, la propia celebración puede ser vista como un elemento más del “arsenal” al que Nora dedicó sus tres volúmenes, un esfuerzo sostenido por cimentar bases sustentables para el desarrollo de lo nacional, sin caer en palabreríos ni gestos patrioteros. Se está en presencia de una nueva manipulación, pero con fines benévolos, a saber, el recupero de la pretendida grandeza nacional, la que se mencionó en los primeros párrafos.
Esta crisis actual es la misma que conduce a comparaciones. Para las primeras décadas posteriores a la independencia de buena parte de la América hispana, Halperín Donghi demuestra la imposibilidad de constitución de un orden liberal por el desconcierto reinante, producto de la desorganización económica y las guerras posteriores a la caída de la dominación colonial15. Ahora bien, cerca del 2010 es posible postular la presencia de un panorama similar, en donde tampoco se puede consolidar el orden liberal de nuestros días (aunque ciertas turbulencias de otras épocas ya estén superadas).
Reflexionando sobre el futuro hoy
Las últimas reflexiones sobre el Bicentenario son las que comienzan aquí. Es cierto que hubo y habrá numerosos Congresos académicos16 y ponencias17 para reflexionar sobre la llegada inminente del 2010, eventos de los cuales se pueden dar muchos ejemplos. Sin embargo, se insiste en lo formulado al comienzo de este ensayo, en general la bibliografía encontrada carece de rigor académico y es más un conjunto de quejas y/o proclamas abstractas que un trabajo labrado a partir de un abordaje atento.
Tampoco se constata la presencia de un trabajo de investigación sistemático y sostenido en el tiempo sobre el tema.
Por ende, la parcelación en las áreas de interés que se trataron en los artículos encontrados imprime a este ensayo la heterogeneidad de contenidos y temas, y así no resulta posible lograr una concatenación en estos últimos, encontrándose saltos imprevistos.
En definitiva, lo anterior no es una salvaguarda respecto a la presentación -posiblemente no muy ordenada- de los contenidos del presente ensayo, por el contrario, esa supuesta falencia sobresale como una de las sorpresas que se anunciaron oportunamente como consecuencia del resultado de la búsqueda.
En conclusión y para finalizar, habrá que esperar a que llegue la ocasión para que los eventos (jornadas, congresos, simposios, etc.) que se anuncian o anunciaron con algunos años de anticipación, produzcan lo que se viene buscando, enfoques serios, aunque dicha labor resulta imposible satisfacerla a corto plazo.
De todas formas, es mucho el camino a recorrer en estos cinco años que restan, de modo que este ensayo concluye con un halo de esperanza y optimismo, así como una invitación a todo aquel que pretenda abordar el tema desde la cautela y la seriedad académica. Resta advertir que es un trabajo de reflexión arduo el que debe efectuarse, exento de aquellos elementos mencionados previamente, pero en absoluto se trata de una empresa imposible si se cuenta con la voluntad y los medios necesarios.
Después de la exploración en la web y el posterior análisis de lo hallado, el autor de este ensayo pretende haber cumplido los objetivos del mismo. Para esquematizar, con mayor claridad, éstos se agruparon en tres (no necesariamente adoptando un orden expositivo): 1) adquirir conocimiento respecto de los tópicos que circulan en Internet a propósito del Bicentenario, 2) comprender el papel de la memoria en este juego y 3) también el del Estado.
Notas
1 Aviso publicado en ShalomOnLine (La comunidad judía en Internet – Argentina), Sección: Noticias comunitarias argentinas y del mundo, 25/2/2005.
2 Ana I. López Accotto, «La cultura argentina ya tiene un plan«, artículo publicado en Los Andes On Line, Mendoza (Arg.), 24/3/2005.
3 No debe olvidarse la mención sobre la creación de un “Centro Cultural del Bicentenario”, citado en «Acá reinaba el descontrol«, artículo publicado en Página 12 Web, Sección Cultura, Buenos Aires, 24/3/2005.
4 Fabio Grementieri, «Patrimonio: Recuperar el pasado«, artículo de La Nación On Line, Sección Arte, Buenos Aires, 13/3/2005 (http://www.lanacion.com.ar/686950).
5 «Ibarra propuso preparar la Ciudad para 2010«, artículo disponible en: http://www.conozcabuenosaires.com.ar/noticias/baires_2010.htm.
6 Proyecto Trianual de la Agencia Nacional de Promoción Científica (PICT 4-9572), Aproximaciones al Bicentenario: “Identidad, utopía e integración. El pensamiento alternativo en la argentina contemporánea”, artículo publicado en Argenpress.info (prensa argentina para todo el mundo), Sección Cultura, Buenos Aires, 6/3/2003.
7 Para una aproximación al tema, revísese el artículo de Javier A. Vitale Gutiérrez, Integración: ¿La utopía Americana?, en http://www.monografias.com/trabajos15/integracion/integracion.shtml, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza (Arg.), 1997. Este autor formula que “…las ideas de unidad continental habían germinado en la etapa emancipadora en el recinto de comunes creencias, normas y objetivos.”, avalando la idea expresada al comienzo del párrafo.
8 100 años de Orcadas y la Secretaría del Tratado Antártico, Parte 1, Introducción, en Geo-Strategy.com.
9 Para una reflexión seria sobre las relaciones internacionales de este país y algunas consideraciones sobre su relación con la Argentina, Carlos Martínez Sotomayor, «Las perspectivas de las Relaciones Internacionales de Chile en su Bicentenario«, ponencia presentada en la Exposición en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Concepción (Ch.), 18/6/98.
10 «Argentina apoya sede conjunta con Chile para Copa 2010«, en Diario del Pueblo, Sección Deportes, Santiago de Chile, 20/10/2000 (http://spanish.people.com.cn/spanish/200010/20/sp20001020_43599.html).
11 Miguel Gómez S., «No nos hagamos los lesos ante los sentimientos antichilenos. Bolivia y nosotros«, en el sitio web Las Ovejas Blancas, Chile, octubre de 2003 (http://www.ovejasblancas.cl/bicentenario/bicentenario2.htm#x)
12 La bibliografía sobre el proceso de construcción del Estado Nación Argentino es abundante (una obra clásica, Oscar Oszlak, La formación del Estado argentino, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1992), pero la exclusión que este mismo proceso generó no ha sido tan investigada. Para la “cuestión indígena” es recomendable Indios, ejército y frontera, Buenos Aires, Siglo XXI, 1982, de David Viñas.
13 Pierre Nora (Dir.), Los lugares de la memoria, París (Fr.), Ed. Gallimard, 2001.
14 Pierre Nora, «Entre Memoria e Historia: la problemática de los lugares«, en la Revista del Programa de Estudios de Posgrado de la Universidad de San Pablo, San Pablo (Br.), Nº 10, 1993, p. 15.
15 Tulio Halperín Donghi, Historia Contemporánea de América Latina, Madrid (España), Alianza Editorial, 1993, p. 123.
16 Un ejemplo de esta actividad es el caso del “Congreso de la Asociación Iberoamericana de Academias de Historia”, cuyo conocimiento se hizo posible gracias a un artículo del politólogo Rosendo Fraga. Fraga, «Encuentro de las academias de historia de Iberoamérica«, en Actualidad 200 (Comisión Bicentenario), Sección Opiniones, octubre de 2004 (http://www.bicentenario.gov.cl/inicio).
17 Sirva como ejemplo el evento celebrado en la provincia de Mendoza (Arg.) en marzo de 2004. Consúltese la propuesta de trabajo en Gobierno de Mendoza. Dirección General de Escuelas. Portal Educativo, VIIº Seminario Argentino Chileno y Iº Seminario Cono Sur de Ciencias Sociales y Relaciones Internacionales, Tema General: El Cono Sur frente al Bicentenario, un verdadero espacio de integración regional que incluyó simposios y diversas presentaciones. (http://weblog.mendoza.edu.ar/congresos/archives/000392.html). Archivo Payró, “Jornadas de Historia y Arquitectura: hacia el Bicentenario de Mayo”, del Arte Argentino y Latinoamericano, FFLL-UBA, 2003-04. Destaca la presencia de algunos trabajos especializados en la disciplina (http://www.archivoPayró.org.ar/jornadas_y_congresos.php).
18 Eduardo Candioti, Argentina 2010. Un proyecto de país hacia el Bicentenario. Este libro puede ser parte del objetivo, aunque deberían producirse más obras como ésta. Sobre la presentación de la obra citada explórese el portal web de Universia Argentina, bajo el aviso “Dr. Eduardo M. Candioti, en la UCSE presentará su libro: «Argentina 2010, un proyecto de país hacia el Bicentenario», 19/11/2002 (http://www.universia.com.ar/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=5265)
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