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La ONG que empodera a jóvenes sudafricanos

Un programa liderado por The Poloafrica Development Trust acerca la disciplina deportiva a una región rural del gigante africano, que cuenta con cinco campeonatos anuales por provincia.

Web SA Polo Association

El polo, considerado un «juego de reyes», es bastante popular en Sudáfrica y constituye un legado de tradición británica. Con cinco campeonatos anuales por provincia, sumados a una decena de escuelas, una de las organizaciones deportivas más antiguas del país es la South African Polo Association (SAPA), fundada en 1905. El primer juego registrado
fue en 1874, una larga tradición en su práctica. Hoy hay 38 y alrededor de 450 polistas. El primer juego femenino fue en 1932.

The Poloafrica Development Trust es un emprendimiento localizado en una granja llamada Uitgedacht Farm, donde tiene sede el club de igual nombre, afiliado a SAPA. La organización es de carácter benéfico y público, sin fines de lucro, y sus orígenes se remontan a 2005, aunque se hizo operativa a partir de 2011. La finca se halla en una región pobre pero muy bella de la provincia Free State, en las montañas Maloti, a 1.800 metros sobre el nivel del mar, mayormente emplazadas en el vecino Reino de Lesoto, y con un clima muy amigable a lo largo del año.

El grupo empodera a jóvenes de contextos socioeconómicos desventajosos para practicar el deporte, realizar tareas habituales en la granja, desempeñarse en cría y cuidados ecuestres, o dirigir a otros, apuntando al objetivo de formar profesionales del polo. Otro fin que persigue la organización es explotar el potencial de la juventud africana.

La iniciativa funciona como un agente de cambio y de transformación social con efectos en la comunidad local (no solo para los más jóvenes), lo que sienta un motivo de orgullo para la agrupación. Esta última incita a terceros a ayudarle (por medio de donativos, por ejemplo) y, además de ofrecer un alojamiento pintoresco a turistas, con unas vistas campestres magníficas, vinos de bodega propia, invita a desplegar un picnic, entre otras opciones dentro y fuera de la granja, y la práctica de polo (ajustándose a requisitos y perfiles). Al efecto, su programa, foco del emprendimiento, brinda las primeras clases de equitación e instructivas del juego. Este último se dicta a alrededor de 40 menores, entre los 6 y 20 años, siendo una tercera parte niñas. Se emplean unos 70 caballos, más la infraestructura. La iniciativa es un buen recurso para combatir el alto desempleo local cuando, en 2017 y a nivel nacional, fue del 27,6% (CIA The World Factbook).

Por mucho tiempo el polo fue visto en Sudáfrica como un deporte exclusivo de blancos, sobre todo por el peso del Apartheid. Sin embargo, esta iniciativa comienza a combatir ese estereotipo y ha decidido a personas ajenas a comenzar a incursionar en su práctica, un hecho que hace más de 25 años hubiera sido impensable. Actualmente mucha gente, que accedió al beneficio provisto por The Poloafrica Development, cargaba con la herencia negativa del sistema de segregación racial pretérito. Entonces, se ha pensado el proyecto como una herramienta para la mejora económica y social, que ayude a superar los oprobios del pasado, entre otras metas. 

Publicado en Especial Polo de diario El Cronista Comercial, edición del 17 de diciembre de 2018.

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