El ruido infernal del eurocentrismo
En relación a la entrada anterior, el tema de las vuvuzelas.
Es cierto que se escuchan en los estadios sudafricanos permanentemente. Es cierto que Demichelis no escuchó la advertencia del compañero y Argentina tuvo su único gol contra Corea del Sur. Pero no es cierto que sean algo tan típico, como forma de bochinche, sólo de África. ¿Qué se dice de Italia?, las trompetas, la verdadera orquesta que despliegan los hinchas en la popular. Nuestro fútbol también importó esas costumbres sonoras en los últimos tiempos. ¿Ahora resulta que los sudafricanos son los únicos bochincheros del mundo?
¿Por qué tanto asombro? Respuesta: eurocentrismo. La incapacidad de entender al otro. Lástima que ahora el eurocentrismo ya no es europeo, se convirtió en global. No escuché a ningún periodista diciendo que el mundial vaya inyectar la dosis de preocupación suficiente como para tomar conciencia y pretender solucionar el problema de HIV enorme que tiene la nación más austral de África.
Por ahí se lee que los zulúes, alma matter de la nación, fueron nobles y excelentes guerreros pero faltos de misericordia con sus enemigos bajo la pasión bélica que los caracterizó. ¿Pueden probar algunos incautos que éste ímpetu de la vuvuzela tenga que ver con esa forma de ser? Respuesta: más eurocentrismo a la vista.
Mientras tanto, las vuvuzelas seguirán sonando, suponemos que hasta el 11 de julio. Después no. Posiblemente nos enteraremos de África por alguna de sus típicas desgracias.
Hasta la próxima.